

Nota del autor. Fundamentos.
Omar Maximino Milia.
Hace muchos años que las férulas estampadas son parte de la vida de los profesionales de la ortodoncia. En la actualidad se han erigido como el método más frecuente de contención de los pacientes tratados. En mi caso particular podría decir que son una parte importante de mi trabajo profesional. También las hemos utilizado con frecuencia para pequeños movimientos, alterando la escayola de los modelos para crear áreas de presión y conseguir así corregir pequeños defectos en las posiciones de los dientes. Es lógico pensar que mientras lo hacíamos, tuviéramos ideas tales como:
¡Qué bueno sería tener una herramienta que nos permitiera secuenciar la confección de férulas, incluyendo en cada una de ellas una fracción de movimiento dentario!
Mientras lo pensábamos, íbamos siendo conscientes que eso era por llamarlo de alguna manera "un trabajo de chinos”.
En esa época generar movimientos de 0,2 milímetros con cada alineador transparentese hubiese convertido en una empresa casi imposible. Tomar una impresión, vaciarla, modificarla, estampar la férula, cortarla y pulirla...¡una locura! Si hubiésemos decidido contar con un laboratorio dental, éste nos hubiera facilitado una parte, aunque no nos hubiera ahorrado el trabajo clínico: una impresión y un vaciado cada 0,2 mm de movimiento, a lo que hubiésemos tenido que sumar también el coste del servicio.
Posteriormente aparecieron alicates que permitieron deformar los alineadores de manera organizada y eficiente, sin embargo, el salto a la construcción secuencial quedaba lejos. Por lo tanto, los movimientos dentarios quedaban reducidos a cosas simples, a unos pocos alineadores.
En conclusión, la idea la tuvimos todos pero nos faltaban las herramientas. Cuando pienso en estas cosas pasa por mi cabeza un pensamiento recurrente:
Está claro que si tengo una idea, habrá un montón de gente que estará pensando lo mismo, de manera simultánea.
Y eso fue lo que pasó pero a lo grande. Finalmente apareció el producto en el mercado, representado por una empresa americana (Invisalign), sistematizando de manera industrial la confección secuenciada de los alineadores y comportándose de igual manera con la logística y el marketing. Acompaña a todo esto un software que fascina a los más jóvenes y a los no tan jóvenes. Permitiendo su utilización, la empresa recibe a diario los detalles de los tratamientos de sus clientes, obteniendo información de los movimientos dentarios realizados en las bocas de miles de pacientes en el mundo, colocándola posteriormente en una base de datos con los que ha creado un algoritmo. Y por si esto fuera poco, el mercado odontológico se ha visto invadido por franquicias, seguros y un número creciente de profesionales, en su mayoría jóvenes, a los que les atrae todo lo que se encuentre informatizado y al mismo tiempo ven antiguo todo lo que sea analógico. Este conjunto de elementos nos arrastra a una degradación de la actividad y a que los profesionales se entreguen a lo que las entidades comerciales imponen.
Siendo afortunado por pasar gran parte de mi tiempo como docente en el ambiente universitario puedo ver claramente la evolución de los acontecimientos, quedándome sorprendido con una característica frecuente de los jóvenes de hoy que es difícil de entender: la escasez de rebeldía científica y de pensamiento crítico. Es como si la batalla tecnológica que acaba de empezar ya estuviese perdida. Apuntando a ello espero que esta obra sea un estímulo para decir que nada está perdido, que debemos confiar en nuestra coherencia, capacidad y creatividad, comenzando a luchar para que los circunstancias y nuestro destino profesional dependa más de nosotros que lo que nos impone el mercado.
He intercambiado opiniones con mucha gente sobre la realización de nuestra propia ortodoncia transparente; la ven de manera lejana, pero mi reflexión es que está más cerca de lo que creemos. Desde luego que para los autores de esta obra es el presente y en mi caso en particular, decidí enfrentar la situación con la honestidad científica y clínica de siempre. Me lancé a explorar un camino que tiene todavía toda una riqueza por descubrir e intentar también dar a conocer unas herramientas que ya existen, en las que necesité invertir dinero, tiempo y esfuerzo, desafío que estuve dispuesto a enfrentar una vez más en mi vida.
Aprovechando que el formato lo permite, esta obra cuenta con vídeos e imágenes GIF (formato animado) que intentan representar de manera gráfica y dinámica diferentes aspectos del contenido, para lo cual es necesario contar en el dispositivo a utilizar con un servicio de internet en cualquiera de sus formas (wifi o red móvil). Dependerá de la calidad del mencionado servicio la velocidad de carga de dicho material gráfico.
No puedo dejar de mencionar a Andrea Zimerman, mi compañera de profesión, de especialidad y amiga inseparable de tantos años, con quien comparto este inmenso trabajo. Siempre disponible para “recoger mis restos” luego de cada proyecto, su presencia esta vez ha sido más decisiva que nunca. Su inagotable energía y sus ideas hicieron que este proyecto se convirtiera en mucho más que eso. Estando francamente cansado de trabajar intensamente durante décadas, me encontraba en una encrucijada personal de apatía intensa, sin planes a futuro. Su presencia llegó para ayudarme anímicamente con ideas claras y concretas, confiando una vez más en mí y en la capacidad que juntos podríamos tener para sacar adelante un proyecto semejante.
Hago justicia agradeciendo especialmente a Alicia Megía Córdoba, compañera y amiga con la que comparto tiempo de docencia en la Institución Mississippi, que me ha aportado una cantidad enorme de conocimientos específicos relacionados con el tema que da título a este libro.
Con gran placer quiero volver a agradecer a Sonia Navarro Barroeta, mi compañera desde hace tantos años, su brillante ayuda y participación en el control de la gramática, la sintaxis y la ortografía de los textos, manteniendo al mismo tiempo nuestra vida y nuestra familia organizadas, aspectos importantísimos que me permiten concentrarme en estos trabajos.
Finalmente, me gustaría transmitir un mensaje de optimismo para los que tengan interés en el tema que nos convoca, inspirándome en el slogan de la campaña que llevó a la presidencia de los Estados Unidos al primer presidente de raza negra, Barack Obama: “yes we can”.
Omar Maximino Milia, Madrid, 20 de agosto de 2018.
Nota del Autor. Fundamentos.
Andrea Viviana Zimerman
Estamos convencidos que el método de ortodoncia transparente SELF MADE no dejará indiferentes a los lectores, por su gran precisión, su técnica tan minuciosa y creativa, valores que nos han permitido explicar los conocimientos necesarios para realizar una mecánica de ortodoncia en 3D.
Seleccionamos un software de alta calidad que nos facilitó la individualización de tratamientos para cada situación terapéutica en particular.
Durante la etapa inicial de la investigación, nos quedamos satisfechos con los resultados obtenidos, llegando a la conclusión de que estábamos en la senda de conseguir optimizar nuestros tratamientos, realizando las planificaciones en numerosos grupos secuenciados de movimientos en cada paciente.
Posteriormente nos dimos cuenta que estábamos acertando con la idea original que inicialmente tuvimos, al estar desarrollando y comprobando un método que estaba siendo efectivo.
Aplicando este método los odontólogos y los ortodoncistas estarán en condiciones de recuperar el control y el protagonismo perdidos por delegar la fabricación de los alineadores a compañías multinacionales, que aprovechando la escasa competencia, encarecen enormemente los tratamientos dejando sin posibilidades de servicio a una gran parte de la población y sin rentabilidad a gran parte de los profesionales dentales.
Quiero agradecer especialmente a Tomás Chernoff de Che3D y a Jorge Chernoff de Punta Diseño industrial S.A, quienes con sus grandes conocimientos y generosa ayuda me han permitido experimentar y aprender todo lo necesario para hacer realidad este gran proyecto.
Andrea Zimerman, Madrid, 20 de agosto de 2018.