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NOTA DE LOS AUTORES

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Nota del autor. Fundamentos.

 

Mercedes Martín Moreno.

 

Cuando Omar Maximino me propuso escribir un libro de casos de cirugía ortognática juntos, creo que me comprometí con mucha alegría. La idea me pareció estupenda, al fin y al cabo pensé, el trabajo mas duro, que era el tratamiento  de los pacientes ya estaba hecho. Sin embargo la recopilación de imágenes, radiografías, modelos y montaje de los casos de los pacientes seleccionados fue más laboriosa de lo que pensamos inicialmente. Gracias a la cooperación de los alumnos del máster de ortodoncia y al increíble trabajo de Omar para poder realizarlo en formato digital, fue posible llevarlo a término.

Mi primer contacto con la cirugía ortognática fue siendo estudiante del Máster de Ortodoncia de la Institución Mississippi donde preparamos el primer caso de cirugía ortognática del máster bajo la supervisión del Dr. Juan Carlos Rivero Lesmes que ha sido mi maestro en el campo de la ortodoncia.

Aquello debió de calar en mí, porque años mas tarde decidí hacer el Máster de Cirugía Ortognática en el Hospital de La Princesa con la suerte de contar con la Dra. Esther Villa y el Dr. Carreño de directores, donde tuve la oportunidad de asistir de manera rutinaria al quirófano. Esto es imprescindible para cualquier ortodoncista que se forme en cirugía ortognática para poder comprender mejor la técnica quirúrgica así como sus complicaciones.

Actualmente colaboro con Omar Maximino, tanto en la Institución Mississippi como en la Universidad Europea de Madrid en el tratamiento de casos quirúrgicos. Esta oportunidad de tratar los casos conjuntamente me ha permitido disfrutar más de mi trabajo en el campo de la cirugía ortognática, compartiendo satisfacciones y también problemas, que surgen de manera frecuente durante cualquier tratamiento de cirugía ortognática, siendo más fáciles de sobrellevar en equipo. La mejor parte del trabajo ha sido compartir esta experiencia con Omar.

Una de las partes mas complejas fue la coordinación entre el equipo de ortodoncistas con los hospitales, colaboramos con más de diez centros hospitalarios distintos. Cada uno de  estos centros con uno o varios cirujanos y con diferentes protocolos y entre medias un paciente ansioso por operarse.

Queremos agradecer de una manera especial a los tres laboratorios de ortodoncia (Santiago Jiménez de Ortosan, Germán Vincent de Vincentdental y Pedro da Cunha de la Clínica da Face). Han tenido que preparar las cirugías de modelos y las férulas quirúrgicas siempre con menor tiempo del que sería necesario por la proximidad de la fecha de cirugía. Hemos sido siempre bien recibidos en sus laboratorios y nos han dedicado un tiempo inestimable.

Elegimos ocho pacientes del Máster de Mississippi, tratados en varios hospitales, cirujanos y múltiples alumnos del máster de ortodoncia, intentando de manera resumida explicar nuestro método para planificar el tratamiento de estos pacientes. Hemos esquematizado las secuencias de tratamiento ya que la mayoría de los casos demoraron más de dos años en su preparación, obviando los detalles para poder tener una visión general del tratamiento. Conocemos las limitaciones tanto en la preparación como en la terminación, pero aúnan un gran esfuerzo de alumnos, profesores cirujanos y protésicos que han tratado estos pacientes. Por último compartir la satisfacción de formar parte del profesorado del Máster de la Institución Mississippi. Somos un equipo heterogéneo pero unido donde compartimos la pasión por enseñar.

 

 

 

 

Nota del autor. Fundamentos.

 

Omar Maximino Milia.

 

"Un trabajo en equipo,

una de las mayores

satisfacciones que he

tenido en mi vida".

 

 

Cursando en 1986 el tercer año en la Facultad de Odontología de Rosario, en mi país de origen, Argentina, me invitaron a participar en una cirugía ortognática, porque necesitaban a alguien que tomara fotos; no tenía idea de fotografía, de ortodoncia, y muchísimo menos de nada que tuviera relación con cirugías y quirófanos. Cuando el acto operatorio en cuestión ya llevaba más de cinco horas y no se vislumbraba el más mínimo atisbo de acabar, y habiendo estado de pie durante todo el tiempo a merced de la tiraníade quienes me habían invitadoa participar, decidí de manera unilateral abandonar mi precario puesto de becariofotográficoy me alejé del lugar, prometiendo no volver en la vida a cualquier evento que tuviera relación con este tipo de operaciones. Me quedé horrorizado con lo traumático y sangrante de la intervención; en pocas palabras, una mala experiencia. El evento quedó grabado en las profundidades de mi mente por años. En el año 1990 me mudé a España. Una persona muy querida, el Dr. Juan Carlos Busso, odontólogo de mi ciudad, Santa Fe, me dijo: "tengo un amigo que dicta cursos de ortodoncia en España, y se llama Jorge Gregoret". Fue un contacto esencial. Él fue el inicio de todo,la piedra fundacional de toda mi actividad en España y Portugal. El estímulo del Profesor Gregoret me empujó a Lisboa. Allí tuve la oportunidad de conocer a António Matos da Fonseca, médico y cirujano maxilofacial. Pasado un tiempo, me dijo: "Tienes que venir a operar conmigo". Mi respuesta en un primer momento fue negativa: no estaba dispuesto a aquella experiencia traumática nunca más. Por suerte, con ese estilo amable y cercano que lo caracteriza, decidí hacer una excepción y aceptar su propuesta. ¡La experiencia fue espectacular! La cirugía fue en el Hospital de São José, en Lisboa. Otra vez, ¡pasé de un extremo a otro! Me aficioné al quirófano... ¡pero al de Matos da Fonseca! Pasado un tiempo, comencé a trabajar con él en la preparación de pacientes con diferentes niveles de deformidad facial. Me desplazaba a Lisboa a trabajar en las mejores condiciones posibles. La visión escasa y limitada de la ortodoncia "desde los dientes" se alteró profundamente, porque comencé a observar desde un nuevo lugar, más amplio de miras, con la influencia y las enseñanzas de alguien con extrema capacidad manual y una inteligencia superior.  

El ambiente quirúrgico se convirtió en cotidiano. No solo tuve la oportunidad de aprender, sino que también pasó a ser una fuente de trabajo digno, en las mejores condiciones posibles. Por si fuera poco, Matos da Fonseca me brindó su ambiente humano "de par en par". 

Al mismo tiempo, el privilegio de conocer Portugal, país que aprendí a amar, con sus habitantes y su idioma. ¡Tan lejos de mi origen, para venir a conocer personas, que aunque hablan diferente, son muy parecidas a la gente de mi tierra! ¡Vaya fortuna la mía! Fue el comienzo de los mejores años de mi vida profesional y personal. Una, dos y tres veces al mes a Lisboa. Una lengua diferente que llegó a parecer casi mía. Una cultura adquirida, sin roce alguno. Y la confianza de un grande de la cirugía, y de la vida. 

Mi visión sobre esta actividad no pudo ser normal luego de haber vivido lo vivido. Ahora ha pasado el tiempo, y aunque sigo yendo con frecuencia, contemplo aquellos años con inmenso cariño, consciente y agradecido por tanta generosidad.

Toda esa experiencia profesional, me permitió colaborar en diferentes ambientes de trabajo en España. Entrar en el Máster de Ortodoncia de la Institución Mississippi abrió un panorama humano y técnico donde poder volcar el contenido técnico acumulado, y mi vocación de enseñar. 

Esta obra retrata el trabajo clínico y real, en la forma más estricta del significado de cada una de esas palabras. Refleja también gran parte de la vida que se lleva dentro de un máster universitario, que después de tantos años consideramos nuestra casa. Con Mercedes Martín Moreno, más de diez años trabajando juntos, con muchos pacientes quirúrgicos tratados, compartiendo éxitos y fracasos, buenos y malos momentos. Respecto a la formación que cada uno traía en cirugía ortognática, no podría ser más dispar. Uno, de la actividad privada, mal acostumbradoa tener a su alcance todos los medios disponibles, el otro, en la actividad pública, con las limitaciones propias de ese ambiente. Ambos hemos aprovechado lo que cada uno supo aportar. El encuentro fue una experiencia técnica y humana fenomenal. El elemento aglutinador final fue la plena libertad de enseñar y ejercer, por parte de la institución y del director del máster, el profesor Juan Carlos Rivero Lesmes, a quien agradezco una vez más su incondicional apoyo.

Ha sido nuestra ferviente intención prescindir de elementos innecesarios o demasiado sofisticados; no haberlo hecho hubiese sido transgredir el eje fundamental del proyecto y nuestra verdadera intención: describir la realidad de tratamientos de ortodoncia combinados con cirugía ortognática, en una clínica universitaria, sinónimo de un grupo humano voluminoso, lleno de variables que aumentan las posibilidades de cometer errores, regido por la cruda realidad que significa que las indicaciones de los directores médicos de los casos a tratar, serán llevadas a cabo por alumnos. Los elementos mencionados hacen que el trabajo no se realice como habitualmente se haría entre las cuatro paredes de una clínica dental.

Los pacientes tratados fueron dirigidos por nosotros, los autores de este libro. Hemos estado detrásde todo lo que ha requerido atención y rectificación. El trabajo clínico fue realizado en su gran mayoría por jóvenes profesionales en formación, a excepción de ciertas maniobras que obligaron a ejercer con precisión y experiencia. Esto último ha sido lo que a la hora de publicar este trabajo, nos ha obligado a dejar de lado nuestras obsesiones, debido a que muchos de los registros gráficos no reflejan la calidad que nos hubiese gustado. Al mismo tiempo, debemos ser conscientes que esos defectos que presentan, otorgan un valor adicional a la obra, por su singularidad: no hemos encontrado en la bibliografía un trabajo similar, es decir, la coincidencia de un máster privado, en la que hayan participado alumnos, en tratamientos combinados de ortodoncia y cirugía ortognática, con pacientes operados en hospitales públicos o en clínicas privadas.

No contemplo la idea de no mencionaren un libro con esta temática, un comentario sobre el diagnóstico y la planificación quirúrgica en tres dimensiones (3D). Se ha convertido en una herramienta de gran valor, con la que nosotros estamos familiarizados de manera cotidiana. Nos hubiese gustado haber tenido esta herramienta para realizar el tratamiento de los pacientes que aquí se describen, pero "la rueda de los tiempos"es más lenta de lo que nos gustaría, teniendo en cuenta que el más reciente de estos trabajos fue terminado a mediados del año 2015.

Me da mucha felicidad que este trabajo que hemos realizado, contribuya a aclarar una idea fija y errada que invade las cabezas de los profesionales en formación cuando comienzan a tomar contacto con tratamientos de ortodoncia y cirugía maxilofacial: "para obtener resultados faciales y dentarios aceptables son necesarios grandes desplazamientos óseos". Afortunadamente,pequeños cambios en los tejidos duros, generan grandes cambios dentarios y faciales.

Nosotros los autores, actuando como docentes, pasamos gran parte de nuestra vida rodeados de gente joven en fase de aprendizaje. Después de haber escrito cantidad de artículos y algunos libros, me tomo el atrevimiento de enviar un mensaje directo a nuestros alumnos, y al resto de jóvenes profesionales de nuestra actividad: abandonad por favor la actitud de pertenecer a la generación "Keynote o Power Point",o lo que es lo mismo, dejad de pensar que cuatro fotos de un tratamiento en las redes sociales, cualquiera sea, tiene algún fundamento o sentido científico. 

Un trabajo en equipo, una de las mayores satisfacciones que he tenido en mi vida,pero al mismo tiempo, junto a Mercedes, siendo autores y nuestros propios editores, otra inmensa satisfacción.

 

Omar Maximino Milia, Madrid, 27 de enero de 2017.

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